Nos dejó «A solas»

Esta mañana finalmente falleció Hugo Guerrero Marthineitz. Digo «finalmente» porque desde hace rato sabíamos que el peruano estaba mal.

Los más grandes recordarán «el show del minuto». Para mí aparece a inicios de los 80´s con el programa «reencuentros» en radio y «A solas» en televisión.

Por su culpa hoy en la tele cualquier gil se pone a hacer entrevistas intimistas en ambientes oscuros y con largos silencios. El peruano inventó ese lugar y lo manejó como nadie. Solo «el perro verde» se le acercó.

En radio fue tan intimista y más reflexivo. Solía leer libros. Con el «leí» por Ejemplo «Radiografía de la Pampa» y así conocí a Ezequiel Martinez Estrada. También era capaz de descolgarse con «Herencia para un hijo Gaucho» de José Larralde. Lo pasaba entero, calculo que la obra durará no menos de una hora. 

En lo personal, cuando lo conocí ya era un hombre grande al que le gustaban las mujeres jóvenes. Si, ya sé, como a todos. Pero el peruano iba al frente. Así perdió fortunas.

Lo mismo que con las cenas en las que solía agasajar a sus amigos. Noches de bohemia. Amigos que duraron lo mismo que duró la plata. Amigos que no estuvieron en los últimos tiempos: los del hambre.

Hoy se fue. Su voz inolvidable retumba en mi recuerdo. Va conmigo. Aunque se haya ido. Aunque hoy nos haya dejado «A solas»