A los Indignados de Madrid

Esta mañana estuvimos discutiendo con un amigo acerca de los «Indignados de Madrid». Buscamos coincidencias y diferencias con nuestro cacerolazo de 2001.

La sensación de que ellos están pasando -por lo menos- por algo muy parecido a lo que pasamos nosotros. Los dos movimientos tienen como base justificatoria una crisis del sistema imperante. Los dos reivindicaban a la democracia, a la vez que cuestionaban a las autoridades como las concebimos ahora.

Mi amigo, un militante radical ya desencantado, considera que los indignados se equivocan en plantear su queja por fuera del sistema porque «la derecha siempre está»

Yo, en cambio, entiendo que es válido querer cambiar al mundo sin tomar el poder.

Tanto en 2001 como ahora, tengo la percepción de que estamos viviendo los primeros flashes de un nuevo orden que prescinda de los «representantes». El problema es que estos «anticipos» llegan a un mundo que probablemente todavía no nace. Aunque seguramente en el futuro costará comprender que alguna vez se vivió así: aceptando que todo lo que «debería ser» no era lo que «estaba».

Es largo. Da para discutir mucho. Da para seguir mirando con curiosidad y seguir desvelando el porvenir.

Mientras que «lo que viene» llega, a diferencia de mi amigo, saludo a «Los Indignados» y les mando con afecto esta canción desde Argentina