Obligado por las circunstancias Macri tomó medidas contrarias a sus ideas originales, ante cuestiones que sin embargo, le habían sido oportunamente señaladas como inconvenientes por quienes no integran su fuerza.  Alcanza con esto que se ofreció como un relanzamiento de su gobierno para nivelar el avión en esta persistente «turbulencia»?

Una de las primeras medidas de Macri fue quitar las retenciones a las mineras  en febrero de 2016, algo que fue de inmediato señalado por el resto de las fuerzas políticas como un error, para un gobierno que necesitaba recaudar y en todo caso hacer un rediseño profundo antes de devolver favores a sectores particulares.

Otra de las cuestiones que se le criticaron fue la ampliación de la plantilla de ministerios y funcionarios públicos: aunque los kirchneristas veían en Macri a un «reductor del estado» la realidad es que al momento de ubicar a los propios no se escatimaron esfuerzos. De esta forma se llevó la cifra de ministerios, ya relajada anteriormente por Cristina, a la friolera de 21 contando la jefatura de Gabinete y el sector de Medios públicos, liderado por Lombardi.

Ahora que a poco más de dos meses de la ida al FMI nos enteramos de que el acuerdo obtenido le ha resultado insuficiente al gobierno, debiéndose pedir el adelantamiento de desembolsos, la crisis cambiaria agravada en la semana pasada ha obligado a cambios pedidos pero resistidos por el presidente mientras le fue posible.

La pregunta es si esta vuelta de las Secretarías devenidas en Ministerios a su rango original y la pretendida renovación de nombres que termina siendo un mero enroque, alcanza para generar la confianza que los inversores y los mercados han perdido o directamente, nunca tuvieron.

«Decíamos ayer»….