Con la ministra Bullrich denunciando campañas de opositores fogoneando saqueos por whatsapp y la gobernadora Vidal convocando a intendentes y a su gabinete para contener la situación social en el conurbano, el gobierno FINALMENTE se ocupa de los precios de los alimentos, la pesadilla de los sectores bajos y medios por estos tiempos.

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En tiempos de reducción de ministerios, el presidente Macri desdobla la Secretaría de Comercio en «Exterior» e «Interior» otorgándole a la última la tarea de negociar un programa de «precios cuidados» con la esperanza de reducir un 30% algunos artículos sensibles en la canasta básica.

La triste realidad es que la medida no llega «en salud» como el resultado de la sensibilidad del gobierno ante el reclamo de los sectores más necesitados, sino que pretende ser un blindaje para evitar el efecto contagio que buscan los golpistas promotores de saqueos por todos conocidos.

De esta manera, como un «combo antisaqueos» llega, entre un paquete de medidas, la preocupación por los excesivos precios de los alimentos, algo que la gente de las capas medias y bajas ya tenía, pero de lo que el gobierno no se ocupaba.

Tanto es así que al momento de tener que ocuparse se recurre al «remedio kirchnerista’ de los «precios cuidados», de dudosa y dispar eficacia, en lugar de atacar la Cadena DEformadora de precios que distorsiona lo que cobra el productor y lo que paga el consumidor, es decir: de atacar la raíz real del problema

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En esta preocupación, la mira está clara: todos conocemos de memoria a los golpistas de 1989 y 2001. Sabemos de qué sector político provienen y en qué territorio operan. Por esta razón la gobernadora Vidal puso las barbas que no tiene en remojo y comenzó una serie de reuniones con intendentes y con los miembros de su gabinete para anticipar la situación «de manual» que se presenta por delante en este estado de cosas y en el verano por venir.

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Hasta acá al gobierno hizo pasar su preocupación por la «inserción de Argentina en el mundo» mayormente por equiparar las tarifas que pagamos. Tal vez haya llegado el momento de que empiece a preocuparse también por los distorsionados precios que estamos pagando por alimentos -la principal y más eficiente producción del país- por los que pagamos precios más caros que el primer mundo.

Cómo decía el presidente Macri que contenería los precios al asumir en diciembre de 2015