El síndrome de la gallina degollada y la melena del león.

Cuentan los del campo que ya degollada, por inercia o por reflejos, una gallina sigue caminando. Este parece ser el caso de una candidata que habiendo quedado afuera del balotaje pese a que su partido se suponía el protagonista de una alternancia que ahora sabemos no sucederá, sigue de gira por canales y radios cometiendo el mismo tipo de errores comunicacionales que la condujeron a la derrota.

Ahora, ya no candidata, lo hace en nombre de un futuro gobierno que integraría como ministra bajo el mando de quien supo arrebatarle el lugar de oposición crispada (el que a hierro mata, a hierro muere) eso sí: con la tutela del creador de su espacio político.

La pregunta es: será una buena idea hacer una campaña conjunta entre la revelación de estas elecciones y la figura que ya perdió? Será tan lineal la suma de los votos como para que esto tenga sentido?

Y quien meteóricamente ascendió como figura disruptiva e incorrecta… suma o pierde dejando de lado su tórrido apasionamiento y volviéndose un frío Walt Disney?

Cortarle la melena al león sumará o restará?