Saltar al contenido

Nuestra Historia de amor 10: «La oscuridad que precede a la luz»

De la peor pesadilla salís despertándote, pero de lo que nos pasó a nosotros no hay salida. No hay despertada posible. Por el contrario, a veces mi mente se vuela un poco, pero cuando despierto y vuelvo a sujetarla aparece marcado a fuego el mensaje: «Ya nunca podré sentir un abrazo, un beso, una caricia de Andrea». Esa es mi realidad hoy y para el resto de mis días. Pasaron 15 semanas y aún no consigo resignarme.

Nuestro regreso de México fue un regreso con gloria: el viaje había sido maravilloso, por el país, por sus bellezas, por su cultura, por el descanso y -sobre todo- por lo vivido juntos.

Además de agregarnos unos hermosos momentos a nuestras vidas, México había servido exactamente para lo queríamos: recargar las pilas y dejar atrás nuestra primera experiencia fallida con el tratamiento de fertilización.

México había sido tan fuerte para nosotros que a partir de allí, adoptamos algunas costumbres de ellos: nos gustaba tomarnos cada tanto unas margaritas o unos «caballitos» de tequila, ver películas y series mexicanas con el tono y la forma de vivir la vida que ellos tienen, por supuesto su música y sobre todo, nos acostumbramos a su sabrosa comida.

Habíamos encontrado cerca de casa un restaurante «5ta Esencia» que era realmente de mexicanos y a diferencia de los otros lugares de este tipo, no hacían comida «tex mex» o chatarra. Tenía el auténtico gusto del sabor mexicano. En síntesis: por un tiempo bastante largo quedamos «mexicanizados».

Así las cosas, arrancamos ese 2015 soñando con que ese sería por fin el año en que al fin nos convertiríamos en padres.

A todo esto, los perros de mi madre -incluída la salvaje Mora- habían recibido el alta de Pampita Montenegro y vivían ya integrados a nuestra familia junto con Titina en nuestro ph de 30 mts cuadrados.

Como para empezar un enero bien familiero nos fuimos a Merlo, San Luis. En ese lugar tan hermoso vivía Cacho, el padre de Andrea. Allí estaba desde que se había retirado como director de TV. Cada tanto íbamos a visitarlo y ese año, Andrea quiso ir.

Todo Merlo era hermoso, pero en particular había un lugar que nos encantaba: era nuestro rincón en ese rincón del mundo. Se llamaba «Las Mariposas» y era un bar de tapas bastante alejado adónde llegábamos tras una larga caminata techada de estrellas para «tapear» bajo la luna. Era diferente de los demás lugares del pueblo. Lo había puesto un porteño que trabajaba en «sistemas» y venía escapando de la gran ciudad. A los años cerró, pero realmente pasamos muchas noches felices en ese rinconcito tan amado para siempre por nosotros.

Así arrancamos el año con todo encaminado para nuestro segundo intento con el mejor ánimo y la moral bien alta. Esto se dice fácil, pero permítanme recordarles que Andrea había sufrido apenas unos pocos meses atrás, nuestro primer tratamiento. Y digo «sufrido» por el tema de las hormonas y los remedios, pero también por el golpe anímico que había resultado para ella esa primera decepción.

P

E

Al desánimo por la cuestión médica de sentir que pese a haber accedido al tratamiento se nos siguiera negando la posibilidad de ser papás, se sumaba la gente indiscreta que a veces preguntaba (con inocencia, espero) –«Y ustedes? qué esperan para tener un hijo?»«No quieren ser papás?»«Tan linda pareja que hacen, lo bien que les quedaría una criatura».

Es un sufrimiento silencioso difícil de describir, las ganas de gritarle «Boludo! no ves que no hay nada que deseemos más y no se nos está dando?«. Después están los narradores, los que vienen y te dicen «Si claro, son duros los tratamientos: muchas parejas se separaron por atravesarlos». Con todo eso también teníamos que lidar.

Pero ahora la marea anímica estaba alta: nos habían dicho que el tratamiento realizado anteriormente servía con una especie de «fertilizador» para ir dejando el «campo abonado» y cada vez más preparado para el florecimiento que tanto esperábamos: De repente volvíamos a tener esperanza.

Por eso cuando nos informaron de que se habían podido formar 3 gametos, dos de los cuales eran de muy buena calidad, lo que aumentaba las posibilidades de que se produjera el embarazo, el clima fue todavía mejor, aunque obviamente no estábamos para festejar nada por anticipiado.

Pero cuando el camino al segundo tratamiento parecía despejado, apareció una noticia tristísima: una amiga muy cercana de Andrea estaba grave y peleándola.

Se trataba de Alicia, «la uruguaya» que nos había prestado su departamento en Punta del Este.

Andrea y Alicia tenían una historia muy particular: muy amigas de jóvenes, pero habían tenido un problema a los veintipico por una tercera persona. Una ex pareja de Alicia, acaso para tapar alguna falta que él había cometido- había mentido inculpando a Andrea de una situación falsa. Alicia le había creído (o querido creer) a él y Andrea muy dolida, dio por terminada la relación.

Pero el tiempo, que siempre juega su parte, al final le había permitido a Alicia entender mejor quién era quién. Así que felizmente varios años después se habían reencontrado. Además Andrea le había dado trabajo en su empresa, con lo cual además de recuperar una vieja amiga, había ganado una empleada de lujo y de confianza.

Habiendo recobrado la amistad y la cercanía, esta nueva realidad nos sacudía: Alicia estaba peleando contra una dura enfermedad y en los últimos días su salud se había deteriorado bastante. Estaba cada vez peor. Recuerdo que fui a donar sangre para ella, mientras que Andrea la visitaba cotidianamente.

Andrea estaba desconsolada. Un día me pidió si yo podía mover mis contactos para conseguir los datos del cura que le había dado su confirmación a Alicia, algo que había hecho de grande apenas un par de meses atrás, nombrandola a Andrea como su madrina. Gracias a dios se lo pude conseguir y recibió esa visita que tanto esperaba, pero esto me dio la pauta de que estábamos aunte un desenlace inminente.

Efectivamente, apenas empezado marzo, tristemente por su juventud y vitalidad, Alicia perdió la batalla contra esa penosa y larga enfermedad a la que tanto había resistido.

Dejo el posteo que escribió Andrea ese día.

Andrea quedó anímicamente devastada, La médica especialista en fertilidad le sugirió posponer el proceso «No es bueno hacerlo ahora porque todo esto está vinculado con lo anímico». Sin embargo Andrea no lo quiso: «Alicia era la que más me alentaba a seguir adelante. Me decía «dale que te los voy a terminar metiendo yo a esos chicos… ella nos va a ayudar»

l

Más allá de lo que Alicia le dijera, la verdadera razón que Andrea tenía esra que la intensidad de las hormonas y los medicamentos iba in crescendo hasta llegar a un máximo justo antes del momento de la fertilización. Ella ya había hecho el 90% del proceso para este segundo intento y realmente pensó que seguir adelante en ese momento sería hacerle un homenaje a su amiga desaparecida.

H

L

Recuerdo el momento en que nos comunicaron el resultado: ambos acostados en la cama con su teléfono en medio de los dos. De repente la voz grave de la médica: «No Andrea. Esta vez no pudo ser».

Vi las lágrimas deslizarse por sus cachetes que tanto amaba besar. Estábamos otra vez en el punto de partida. O quizás un poco más atrás. La angustia fue tan grande que Andrea me dijo: «No sé si voy a resistir otro intento más como este».

Habría que barajar y dar de nuevo: Intentar algo que nos diera vuelta este momento tan triste para tratar de que el desánimo no nos derrotara. Andrea era una luchadora, pero necesitaba todo mi apoyo. Así que me puse a pensar cómo encarar la segunda mitad del año. Pero de eso les hablo la semana que viene.

Avatar de marianorinaldi

marianorinaldi Ver todo

Periodista. Cronista.
Conduzco de "La Semana que Viene" programa que se emite por Radio Simphony.
También trabajo en el programa "En la trinchera" de Radio Led.
Fui Cronista de "El Exprimidor" (2002 hasta su finalización en 2019) reemplazando a Ari Paluch en la conducción en varias ocasiones.
Cronista de "El Rotativo del Aire" de Radio Rivadavia (entre 2001 y 2010).
Acreditado en Casa de Gobierno (2003/2018).
También Cronista y asesor parlamentario.
Realicé coberturas nacionales e internacionales como enviado por ejemplo al rescate de los mineros en Chile, Elecciones en España y Paraguay, Aniversario del Atentado de Atocha en Madrid entre otras cosas.

Deja un comentario