Nuestra Historia de amor 13: La Noticia más hermosa del mundo!
Este miércoles pasado cumplimos 4 meses de que el mundo estalló. 4 meses en caída libre. 4 meses tratando de hacerme a la idea de que ya no te tendré a mi lado en lo que me quede de vida. De un dolor sin alivio ni final. De una ausencia incomparable. De un silencio que nunca pasará. De una pesadilla de la que no existe despertar. 4 meses tratando de seguir viviendo sin tu amor.

Volvimos de nuestras vacaciones felices y motivados: enfocados en lo que se venía. Nos quedaba la última fertilización asistida. Y digo «la última» porque aunque el estado de ánimo había mejorado, Andrea se mantenía firme en lo que había dicho tras la segunda decepción: Este sería el último tratamiento. Si no prosperaba, buscaríamos la adopción.
Por aquellos días la doctora nos confirmó que Andrea sufría trombofilia, lo cual sumaba aún más drogas a su tratamiento: si el embarazo llegaba a producirse debería ponerse una inyección por día en la panza, pero eso eventualmente sería un «problema feliz».
La trombofilia hacía que la sangre se coagulara muy fácilmente pudiendo provocar la formación de coágulos potencialmente capaces de derivar en una trombosis. Sin embargo, una vez detectada -al costo de un pinchazo diario para Andrea- el riesgo disminuía considerablemente.
Pero no dejaba de ser una droga más para ella, que sufría las transformaciones que su cuerpo iba experimentando. Más allá de dolores y malestares, las hormonas la habían hinchado, por lo que se esforzaba en hacer dietas y particularmente con entrenamiento deportivo. Para darle ánimo, el resto de la familia, es decir: Titina, Mora, Benji y yo íbamos a buscarla siempre a la salida del gym.


Los previos a nuestro último tratamiento fueron días tranquilos, rodeados de mucho amor y de amigos.
Finalmente llegaríamos a ese 4 de diciembre de 2015 con una relativa calma en donde nuestros planos emocionales, afectivos y laborales estaban (por fin) alineados.
En casa nuestra hija canina y los dos perritos heredados de mi vieja, finalmente estaban integrados, aunque todos competían por los mimos de Andrea, que no se hacía rogar para nada.





En septiembre habíamos celebrado el cumple de Zoe, la hija de nuestra amiga (y celestina) Gaby Carchak, quien nos había pensado juntos antes de que siquiera nosotros lo imagináramos. Ahí nos vimos con otros amigos, como Meli Caviglia, Liliana Franco, Gaspar Bosch y muchos otros más. Estábamos ansiosos, pero confiados. Y Andrea estaba feliz.


En octubre celebramos todos en familia un nuevo cumpleaños de mi viejo y allí hubo una buena noticia:
Mariela, la esposa de mi hermano Gustavo y mamá de mi ahijada Lucía «Ojitos» estaba embarazada nuevamente. Por lo que si en ese principio de diciembre las cosas se nos daban, habría dos primos casi «mellizos»

Llegamos a ese 4 de diciembre con mucho optimismo y aunque no quisiéramos decir nada, sintiendo que esta vez sí, se nos daría.
Así fuimos al mismo lugar de las dos veces pasadas, con la misma gente de antes, pero con otra actitud: Era nuestro último tratamiento y había que hacerlo bien, con alegría!

Como para completar un cierre de año «buena onda» a los pocos días supe que me habían nominado a los premios «ETER» de la radio como mejor cronista. Me pasó -como en veces anteriores- de comprobar que junto conmigo estaban nominados excelentes colegas y amigos como Marcela Ojeda, Marcelo De Leo, Hernán Mundo y Mauricio Polchi. Esto me daba la tranquilidad de saber que pasara lo que pasara, el premio caería en buenas manos.
Pero JUSTO en el día en que se entregaban los premios, ese lunes 14 de diciembre de 2015, en el momento en el que nos estábamos preparando para ir a Canal 7 en dónde sería televisada la ceremonia, sonó el teléfono de Andrea: era la médica…
ESTABAN LOS RESULTADOS DEL TRATAMIENTO!!!
Nos miramos fíjamente. Nos quedamos paralizados. Entonces reaccionamos y fuimos los dos a la cama. Nos tiramos con el teléfono en el medio y las cabezas juntas para escuchar lo que le médica tenía para decirnos:
-«Hola Andrea… bueno, mmm parece que…
La doctora sonaba seria, lacónica… como si tuviese que comunicar algo malo y quisiera sacárselo de encima lo antes posible.
Entonces tiró unos valores y nombres incomprensibles para mí:
-«tenés (XX) porcentaje de (xx) en sangre…
Andrea me miraba con los ojos abiertos como monedas y con la cara seria, más bien de susto diría yo, y así casi tartamudeando le preguntó:
-«Entonces… no? no estoy embarazada?»
a lo que la médica seríamente como venía respondió:
-«embarazada no…
EMBARAZADÍSIMA!»
No lo podíamos creer. Nos mirábamos con cara de sorpresa… Ya estaba! era apenas el comienzo, pero el milagro estaba en marcha! La médica nos felicitó y nosotros nos abrazamos fuerte en la cama:
Esa tarde los dos supimos lo que es llorar de alegría.
Seguimos -como pudimos- con lo que estábamos haciendo antes: prepararnos para la entrega de premios.
Fue una sensación rara: algo que suele ser deseado como una nominación a un premio, con televisación y todo… de repente me importaba cero: es más… se había convertido en un lastre!
Quería salir a festejar con Andrea ni sabía adónde, pero bueno… Optamos por «pasar» por el premio para sacárnoslo de encima y seguirla después nosotros dos.
Cuando llegamos al viejo ATC nos encontramos con nuestra amiga Marcela Ojeda, quien sabía de nuestra búsqueda y de estos últimos años palpitando la salida de la ley de fertilización asistida. No pudimos contener la alegría que sentíamos y ella fue la primera que se enteró de nuestro secreto a condición de no contar nada.

Esa noche el premio lo ganó Marcelo De leo y estaba bien! Nosotros sentíamos que teníamos el premio mayor y nuestras caras de perdedores estaban bien raras!

No podíamos dejar de sonreir ni ocultar la alegría y ciertamente no parecíamos «derrotados»

Nos sacamos la foto todos los cronistas juntos y con Marcela celebrábamos ante la sorpresa de algunos colegas que nos miraban sin comprender… «Qué festejan? que perdieron???»

Esa noche continuamos el festejo Andrea y yo privadamente.
Se nos abrían nueve meses con los que habíamos soñado casi desde el momento de conocernos.
Pero a Andrea este tan costoso momento le llegaba a los 45 años… cómo sería el tránsito durante el embarazo? sería tranquilo? o tendríamos algunos de los tantos problemas que nos habían surgido para llegar a la gestación?
De todo esto les hablaré Dios mediante, la semana que viene.
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marianorinaldi Ver todo
Periodista. Cronista.
Conduzco de "La Semana que Viene" programa que se emite por Radio Simphony.
También trabajo en el programa "En la trinchera" de Radio Led.
Fui Cronista de "El Exprimidor" (2002 hasta su finalización en 2019) reemplazando a Ari Paluch en la conducción en varias ocasiones.
Cronista de "El Rotativo del Aire" de Radio Rivadavia (entre 2001 y 2010).
Acreditado en Casa de Gobierno (2003/2018).
También Cronista y asesor parlamentario.
Realicé coberturas nacionales e internacionales como enviado por ejemplo al rescate de los mineros en Chile, Elecciones en España y Paraguay, Aniversario del Atentado de Atocha en Madrid entre otras cosas.