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Nuestra historia de amor 20 «Nina en familia»

Ahora que pasaron las primeras fiestas sin vos, ahora que tuvimos nuestras primeras mini vacaciones sin tu compañía, creo que puedo asegurarte que en mi corazón nunca estuviste más presente: Te pensé a cada momento. Te extrañé y necesité a cada momento. Y aunque sé que las cosas nunca podrán volver a ser como antes, en algún lugar entre mi pecho y mi cabeza se sigue repitiendo como una película en continuado, cada momento de la felicidad que compartimos. El amor no muere nunca.

Tras mis dos últimos posteos motivados por las fiestas y las vacaciones, retomo el hilo de nuestra historia, tal como la venía contanto hasta el episodio 16 cuando volvimos a casa desde la maternidad para comenzar nuestra nueva vida de familia ya con Nina afuera de la panza.

Es extraño como uno se va formando como papá. Al menos en nuestra generación no se nos preparaba para ser padres como sí lo hacían las mujeres que jugaban desde niñas a ser mamás. Así que se va aprendiendo a los ponchazos, sobre la marcha.

En mi caso y como en todas las cosas que habíamos encarado con Andrea, nos ocuparíamos por igual de la bebé, así que excepto darle la teta, yo tenía que poder hacer todo: bañarla, alimentarla, cambiarle los pañales, vestirla y lo que fuera.

Una de las primeras cosas comunes fue empezar a integrar a Nina a nuestros hábitos, a nuestra familia: así por ejemplo, hubo sábados a la noche los tres juntos bajo la luna en nuestro patio.

Y hubo por supuesto un «primer domingo» en lo de mi viejo, en donde Nina se reunió con su prima Lucía «Ojitos» y Valentín su primo «mellizo» nacido apenas un par de meses antes que ella.

Así Nina empezó a conocerse con Gustavo, su tío y padrino, con Agustín, su otro tío, con sus abuelos, con Santi su primo mayor (al menos de Argentina) y con la tía Laura, que se convertiría en su persona más cercana después de sus padres.

Otro tanto sucedió con la familia de Andrea: su padre que vivía en Merlo, San luis había podido viajar para estar presente en el nacimiento, pero su mamá, Marisa cumplía el rol de «abuela chocha» con creces por ambos. También estaban los tíos Diego y su pareja, Karina.

En cuanto a nosotros, habíamos quedado como una familia de 4, ya que como conté anteriormente, los dos perritos adoptados de mi madre me acompañaron entre la partida de ella y la llegada de Nina. Un poquito antes del nacimiento se había ido Benji. Y un par de meses después nos dejó Mora: así que solo quedábamos Andrea, Nina, Titina y yo.

Ni bien tuve la oportunidad corrí a comprarle la camiseta y para «alegría» de su mamá (de Boca por su padre, pero no tan hincha) Nina se hizo de River!

Una cosa que nos sorprendía mucho a los dos era la velocidad a la que Nina crecía, así decidimos algo juntos que además servía como excusa de celebrarle a Ninita cada cumplemés: Le sacaríamos cada día 9 la misma foto con un pizarrón y con «Fita» su Jirafita de apego que le había regalado su tío Diego y de la que no se despegaba.

Esto a su vez serviría como referencia para notar como nuestra pequeña se iba convirtiendo en una beba cada vez más grande!


Internacionales!

Cuando Nina Tenía 7 meses llegó mi tía Luisa (o Yiya para mí) desde Italia a visitarla: La hermana de mi mamá… lo que hubiera dado mi vieja por estar ahí, por besarle esos cachetes! Pero estaba su hermanita menor.

Y como ya dije antes: creo que mi vieja desde el otro lado empujó para que las cosas salieran y el milagro de Nina pudiera ser una realidad.

Todavía nos faltaba una rama de la famila por conocer a Nina: el hermano «gringo» de Andrea, su esposa y sobrinos de EE.UU. así que cuando Nina tenía 8 meses viajamos a Miami. Guille por su parte viajó desde Chicago con Marian su esposa y Lucas uno de los sobrinos de Andrea. Todos nos encontramos en Florida!

Ya juntos nos fuimos a «Naples» una playa hermosa del lado del Golfo de México en donde Nina conoció el Mar: a diferencia de Andrea en Claromecó y mía en Mar del Plata, nuestra hija mojó sus piecitos por primera vez en esas aguas cálidas del Caribe.

Pero como además se estaban cumpliendo justo ese día los 9 meses de Nina, le sacamos la famosa foto del mes: única en su tipo sacada, por obvias razones, en otra locación.

Así transcurrimos gran parte de ese primer año de nuestra bebé en la mayor felicidad que pudiésemos imaginarnos:

Nuestra vida «de pareja» había cambiado radicalmente. Atrás quedaban noches largas, de velas, champagne, planes y charlas…

Ahora nuestra realidad giraba en torno a que estuviera la leche de fórmula, que no nos quedáramos sin pañales y cosas así… pero éramos tan felices!

ya habría tiempo de retomar, en la medida de los posible, nuestra pareja… casi en donde la habíamos dejado!

Ahora, siendo Andrea como era, el centro de su mundo estaba puesto en la celebración del primer año de Nina y en su bautismo. Pero de eso les hablo, dios mediante, la semana que viene!

Clip del viaje a Miami – Mayo 2017

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marianorinaldi Ver todo

Periodista. Cronista.
Conduzco de "La Semana que Viene" programa que se emite por Radio Simphony.
También trabajo en el programa "En la trinchera" de Radio Led.
Fui Cronista de "El Exprimidor" (2002 hasta su finalización en 2019) reemplazando a Ari Paluch en la conducción en varias ocasiones.
Cronista de "El Rotativo del Aire" de Radio Rivadavia (entre 2001 y 2010).
Acreditado en Casa de Gobierno (2003/2018).
También Cronista y asesor parlamentario.
Realicé coberturas nacionales e internacionales como enviado por ejemplo al rescate de los mineros en Chile, Elecciones en España y Paraguay, Aniversario del Atentado de Atocha en Madrid entre otras cosas.

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