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Nuestra historia de amor 34:  «Adiós 2020 año nefasto»

Mañana domingo se cumplen 10 meses de tu partida, 10 meses de que mi vida terminó tal como era. También es pascua de resurrección. Ojalá que dios me permita la resurrección para aprender a vivir nuevamente con aegría, por todas las cosas hermosas que emprendimos, por nuestra hija y por vos en el cielo. El amor no muere nunca.

La pandemia iba cerrando ese 2020 «el año que pasamos encerrados» y a la vez, imponiendo sus costumbres.

En nuestro caso, los sábados de pizza (para diferenciarlos del resto de los días de la semana) ya eran tradición: masa hecha por mí, sin levadura desde que había faltado y la especialidad que llamábamos «cuarentena» que traía huevo, aceitunas y tomate, que en realidad se había impuesto por llevar los ingredientes que siempre teníamos en casa, a diferencia del jamón o el roquefort.

Todo fin de año suele aparecer la idea de balance o racconto: de lo hecho y lo «por hacer». En mi caso, ese año no terminaba del todo mal: si bien el principal anunciante de mi programa de radio «La Semana que viene» se había ido del país (Lan Argentina en 2020 dejó de existir como tal pasando sus operaciones a Latam que operaba vía Chile y Perú) al menos había vuelto a trabajar con Paluch, también con Gustavo Tubio y su equipo y como si fuera poco, en mi propio programa de AM «Hay un plan».

Mis días mientras la inmensa mayoría estaba encerrada, tenían bastante calle y movimiento.

Para Andrea el balance era diferente: había perdido a una de sus principales pofesoras, con ella a varios alumnos, se había quedado sin socia, la división corporate de masajes in company que más traccionaban a su empresa estaba desactivada porque todos estaban en modo «home office» y había perdido, tras seis meses de cierre forzoso, su local en Palermo.

Pero la empresa subsistía contra viento y marea! y por aquellos días de primavera, se había recomenzado a dar clases en terrazas de dos hoteles de Palermo.

Andrea había conseguido poner la máquina a funcionar pese a tamaños daños! Esa era mi mujer!

Sin embargo, esta nueva metodología de trabajo le imponía también tener que trabajar desde casa: cómo ella no iba a quedarse quieta, pidió un crédito PROCREAR de refacción de casas que Kicillof daba para reactivar un poco la economía informal de las changas y se puso a hacer las reformas que nos habían quedado pendientes en casa cuando nos mudamos. Ese fue el fín de la pared verde.

También de los azulejos verdes del baño y amarillos de la cocina: Andrea se lo tomó tan personal, que ella misma agarró el pincel para que la casa estuviera más linda «mas aconchegante» como decíamos en portuñol.

Por eso a fines de octubre, en ese día de la madre, además de agasajarla como siempre hacíamos con un super desayuno, le regalamos a Andrea el libro de decoración con las influencers que ella seguía. También el regalo incluía una reunión virtual en donde ella podría consultarles acerca de lugares y arreglos que le interesaban… Estaba tan contenta!

Ella siempre le ponía garra.Como por ejemplo cuando trataba de hacer yoga en casa… Empezaba sola, aunque terminaba siendo una clase grupal con Nina y Figarito!!!

Finalmente ese primer año de la pandemia -con tantos golpes inesperados que nos fueron cayendo como fichas de dominó- llegó a su fin.

Ese diciembre trajimos a la madre de Andrea a Casa para pasar nochebuena y navidad en una cena que fue especial: solo los 4, pero para lo que había sido este año… era un verdadero tesoro poder pasarla juntos!

Parrafo aparte para Nina que -youtube mediante- venía desde hacía meses pidiendo un «huevo hatchimals». Todo fue divertido esa navidad: desde escribir la cartita a Papá Noel, hasta los primeros momentos con ese hermoso regalo!

Se terminaba un año que nos había literalmente dado vuelta: un año al que lo empezábamos celebrando auspiciante de mi programa y crecimiento del estudio de Andrea y que cuando lo terminamos, todo eso ya no estaba más. Un año que lo empezamos viajando por Brasil y lo terminamos encerrados en confinamiento. Pero también, un año durísimo al que habíamos sobrevivido. Pese a todo nos seguíamos teniendo el uno al otro, con la felicidad de siempre. Seguíamos siendo una hermosa familia que disfrutaba de estar unida.

Qué traería 2021? Habría sin duda, cambios y sorpresas, pero de eso les hablaré -dios mediante- La semana que viene!

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marianorinaldi Ver todo

Periodista. Cronista.
Conduzco de "La Semana que Viene" programa que se emite por Radio Simphony.
También trabajo en el programa "En la trinchera" de Radio Led.
Fui Cronista de "El Exprimidor" (2002 hasta su finalización en 2019) reemplazando a Ari Paluch en la conducción en varias ocasiones.
Cronista de "El Rotativo del Aire" de Radio Rivadavia (entre 2001 y 2010).
Acreditado en Casa de Gobierno (2003/2018).
También Cronista y asesor parlamentario.
Realicé coberturas nacionales e internacionales como enviado por ejemplo al rescate de los mineros en Chile, Elecciones en España y Paraguay, Aniversario del Atentado de Atocha en Madrid entre otras cosas.

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