Nadie quiere hablar de Duelo.

Nadie quiere hablar de duelo y es entendible. La muerte suele caer en nuestras vidas sacándonos seres amados y gente querdida: qué de bueno podría tener? Y sin embargo, la muerte es la única certeza que tenemos desde el momento en que estamos vivos.

Nadie quiere hablar de duelo y es entendible. Y aunque no haya dos duelos iguales, hay situaciones para las que la vida nos va preparando y otras que nos caen como un hachazo inesperado, dejándonos arrasados.

Nadie quiere hablar de duelo y es entendible. El problema es que tarde o temprano todos estamos ahí. Aunque no siempre será por horrores como la pérdida de un hijo, una criatura perdiendo a sus padres o la viudez temprana.

Pero si nadie quiere hablar de duelo… ¿cómo sabremos la forma de tratar a alguien cuya vida como la conocía, ha volado por los aires y está tratando de juntar los pedazos para ver si puede rearmarse y seguir o no?

A partir de la triste vivencia personal que atravesó a mi familia, quisiera dejarles un modesto mensaje, para que -si les interesa-aprendan un poquito acerca de cómo tratar a alguien que pasa por una situación que ojalá ustedes no deban afrontar nunca.

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