La realidad es más fuerte que el marketing.

Dos malas noticias vienen a alterar la hegemonía de anuncios auspiciosos y números positivos: Carrefour en crisis y Cargill con 500 trabajadores suspendidos y 2 plantas cerradas.

Suspensiones y posibilidades de despidos son notas disonantes en la sinfonía de inversiones y números que nos plantea la “stream media”.

La cadena Carrefour presentó “un procedimiento preventivo de crisis” (PPCE) ante el Ministerio de Trabajo. Se trata de un mecanismo que debe tramitarse de manera previa a la comunicación de despidos o suspensiones de personal.

La multinacional emitió un comunicado en el que aseguró que «está atravesando una situación económica compleja tras tres años de pérdidas».

En teoría, buscan una reestructuración que les permita mejorar la situación y que incluiría la transformación de algunas de sus sucursales en mayoristas.

Por su parte la cerealera Cargill ayer «interrumpió preventivamente» sus operaciones en las plantas de Villa Gobernador Gálvez (periferia Rosarina), y en Bahía Blanca, por lo que suspendió a 500 personas sin goce de sueldo hasta el martes. Para el gremio de los aceiteros se trata de un «lockout patronal».

Cargill no es una empresa más: la multinacional de Minnesota es la principal exportadora de granos y subproductos de Argentina. El año pasado despachó cerca de 11,5 millones de toneladas, el 14% del total colocado en el exterior por las empresas del sector.