Francia confirmó todo

Ganó el mundial de punta a punta. Enfrentó y superó claramenete a los rivales más exigentes. Todos estos logros fueron conseguidos con un equipo de los más bajos en promedio de edad, lo que permite suponer que esta «generación dorada» recién está comenzando. Por todo esto, Francia se confirma como una potencia futbolística.

Nunca la pasó mal durante el Mundial. Es más: dejó la impresión de que jugaba a media máquina y cuando aceleraba, mataba a cualquiera.

En lo personal y mientras casi todos señalaban a Brasil como el gran candidato (por default?) tuve claro que un equipo que nos pintó la cara violentamente como lo hizo Francia tenía que ganar la copa. Después del partido tuitié «Hoy perdimos contra el campeón».

Faltaba que confirmara con otra actuación. Y la confirmación llegó contra la pobre celeste: los uruguayos nunca tuvieron chance contra los galos.

Después siguió la final anticipada contra el segundo mejor equipo de la copa: A Bélgica solo pudieron ganarle 1 a 0. Suficiente.

Ya contra Croacia, había que generar expectativa, pero la verdad es que los croatas tenían más sangre que fútbol y no pudieron ganar ni un partido más después de la primera ronda. Solo un error fenomenal del arquero les permitió salir de una goleada que no le caía mal a lo que vimos en el complemento.

Desde este lado del atlántico, los sudamericanos deberemos plantearnos cómo restablecer el equilibrio que existía en un reparto de campeonatos hasta 2002. Desde esa fecha en adelante no hemos vuelto a conquistar la copa que parece haberse aquerenciado con el viejo continente.