Tras años de lucha contra sectores políticos y judiciales que en público proclamaban el “Ni Una Menos” y la defensa de las mujeres pero después invocaban “el derecho personalísimo de los delincuentes sexuales a no ser estigmatizados” finalmente se avanza para poder conformar un banco genético de violadores y abusadores condenados, atentos a la alta tasa de reincidencia que este tipo de delitos posee.
Isabel Yaconis perdió a su hija Lucila en al ser asesinada en 2003 un intento de violación ocurrido en Núñez. Su lucha junto a las “Madres del Dolor” las llevó a intensas jornadas de discusión y lucha para lograr que la seguridad de las mujeres sea considerada como un bien a preservar por encima de los supuestos criterios de “no estigmatización” de los violadores.