Recuerdos del Paraíso

Un día como hoy, pero de hace dos años, regresábamos a Praia do Peró y Baia das Conchas: nuestro lugar en el interior de Rio de Janeiro. Habíamos vuelto por una especie de necesidad de saber que el paraíso seguía en su lugar después de la pandemia.

En esta especie de palco a la playa con vista al mar, habíamos pasado nuestras mejores vacaciones en marzo de 2020, es decir: días previos a la pandemia.

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La maniobra fue extraña: el lugar era el mismo, pero la química ya era otra: la pasamos genial, como la pasábamos siempre los tres, pero aquellos momentos de 2020 fueron irrepetibles.

Y es que nuestras últimas vacaciones en Brasil tuvieron otras cosas y otros lugares destacados, pero tal vez aquellos días de 2020 hayan sido tan especiales por el contraste con lo que vino después.

Ese 2020 el golpe fue duro: pasamos de la naturaleza al encierro en cuestión de horas. Al regresar a casa, todavía en clima de vacaciones, ya no saldríamos más: ese fin de semana comenzaría la cuarentena.

Así pasamos del paraíso a un pequeño infierno que arrasaría entre otras cosas con contratos de empresas privadas que respaldaban mi programa de Radio Simphony y el cierre obligado del negocio de Andrea por 6 meses, con los costos que eso significa en Palermo.

Por eso tras sobrevivir a la pandemia, ni bien pudimos, volvimos a ese balcón. Como si hubiésemos dejado algo inconcluso. Como si necesitáramos saber que todo estaba tal como lo habíamos dejado antes de la pandemia.

Pero debí saberlo: es imposible revivir lo pasado, aunque se vaya al mismo lugar.

Y sin embargo hoy siento que ya no puedo volver a ese que fuera con distintas luces y momentos, nuestro paraíso: como si me estuviese prohibido.

Tal vez el tiempo me ayude a sanar. Pero hoy creo que a ese lugar solo volveré en mi corazón. Y por Instagram!

El amor no muere munca.