El crimen absurdo del día

Nahuel Zarate tenía 22 años. Ayer fue a buscar a su novia cuando lo abordaron delincuentes para robarle el auto. En eso apareció un patrullero y los delincuentes intentaron escapar, no sin antes cometer un acto terrible: dispararle en el pecho, pese a que Nahuel les había entregado las llaves sin resistirse. Por la tarde estaban detenidos y el auto recuperado, pero Nahuel ya no volverá más.

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Nahuel trabajaba desde chico en los emprendimientos de su familia. Habían tenido negocios: carnicería, verdulería y desde 2015, un gimnasio con sus hermanos.

Como actualmente el gimnasio estaba cerrado por la pandemia, se las rebuscaba vendiendo comida. Había visto a su padre hacer chipá y se le ocurrió que eso también podía venderse en estos tiempos de aislamiento y aburrimiento. Era un trabajador, pero ayer su camino se cruzó con el de tres delincuentes que no dudaron en asesinarlo, pese a que jamás opuso resistencia cuando intentaban robarle su Chevrolet Cruze blanco, mientras se encontraba con su novia en la puerta de la casa de ella, en Cañuelas y los naranjos, Virrey del Pino.

Hoy su familia, que no tiene consuelo, pide justicia sabiendo que aunque los delincuentes fuesen presos de por vida (algo que acá no sucede) Nahuel ya no volverá nunca más.